TEORÍA NEOCLÁSICA
Es una
continuación de la teoría clásica, aparece durante la gran depresión económica
y la segunda guerra mundial, su enfoque se centró en lo formal, tratando de
encontrar la eficiencia y complementándola con las técnicas de sus precursores,
la segunda guerra mundial, la expansión económica y la evolución en el ámbito
tecnológico se demostraron en los siguientes cambios:
·
Mayor
automatización en los procesos productivos.
·
Menor
utilización de la mano de obra en trabajos de producción, transporte y carga.
·
Mayor
cantidad de miembros por el crecimiento de las horas.
·
Mayor
cantidad de objetivos a alcanzar en la organización.
Para los
neoclásicos, la administración consiste en orientar, dirigir y controlar los
esfuerzos de un grupo de individuos para lograr un fin común con un mínimo de
recursos y de esfuerzos y con la menor interferencia, con otras actividades
útiles.
CARACTERISTICAS
PRINCIPALES
Énfasis
en la práctica de la administración:
La teoría neoclásica se caracteriza por un
fuerte énfasis en los aspectos prácticos de la administración, por el
pragmatismo y por la búsqueda de resultados concretos y palpables, a pesar de
que no se haya preocupado mucho por los conceptos teóricos de la
administración. La teoría solamente tiene valor cuando es operacionalizada en
la práctica.
Reafirmaciones
positivas de los postulados de la teoría clásica:
Los neoclásicos pretenden colocar las cosas en
su debido lugar. Por lo tanto, retoman gran parte del material desarrollado por
la teoría clásica, precisando nuevas dimensiones y reestructurándolo de acuerdo
con las contingencias de la época actual, dándole una configuración más amplia
y flexible.
Énfasis en los principios
generales de la administración:
Los neoclásicos se preocuparon por establecer
normas de comportamiento administrativo, los principios de la administración
que los clásicos utilizaban como leyes científicas son retomados por los
neoclásicos como criterios más o menos elásticos en la búsqueda de soluciones
administrativas prácticas. También se basa en los principios generales sobre
como planear, como organizar, como dirigir y como controlar.
Énfasis en los
objetivos y resultados:
Toda organización existe, no para sí misma, sino
para alcanzar objetivos y producir resultados. Es en función de los objetivos y
resultados que la organización debe estar enfocada, estructurada y orientada.
Los objetivos son valores visualizados o resultados
deseados por la organización, la organización espera alcanzarlos a través
de su operación eficiente.
Eclecticismo:
Es la
recopilación de varios aspectos de teorías como:
·
Relaciones
humanas-Organización informal
·
Burocracia-normas
·
Comportamiento
organizacional-equilibrio
·
Teoría de
los sistemas.
Carl
Menger
Carl Menger nació en Nowy
Sacz, en la zona de Galicia, bajo el imperio Austro-húngaro (ahora situado en
Polonia), el 23 de febrero de 1840, de padre, Anton, abogado dentro de una
familia de la nobleza menor y madre, Carolina, hija de una familia de
negociantes en la zona de Bohemia. Menger estudió derecho en las universidades
de Praga y de Viena y terminó su doctorado en jurisprudencia en la universidad
Jagiellonia en Cracovia. Posteriormente, trabajó como periodista, primero en la
Lemberger Zeitung en Lwów, Ucrania, y luego en la Wiener Zeitung en Viena.
Los bienes económicos y su valor
|
Menger pone énfasis en el carácter subjetivo
y relativo de los principales atributos de los bienes económicos. Definía
a los bienes como cosas útiles que pueden entrar a formar parte de relaciones
causa efecto, con respecto a la satisfacción de las necesidades humanas. A diferencia
desarrolló su argumento más en función de
unas necesidades sentidas, que en función del placer.
La cualidad de satisfacer necesidades de un bien y
las propias necesidades no tienen por qué ser realmente sentidas, sino que pueden
ser imaginarias, aunque esta última contingencia tiende a desaparecer conforme
progresa la sociedad.
Los bienes se convierten en bienes económicos, cuando
las exigencias, es decir, la cantidad que una persona requiere para satisfacer
sus necesidades, son mayores que la cantidad disponible. Lo que implica es que
los bienes económicos son escasos. Y, aquí, surge el problema de la necesidad de
economizar, es decir, de elegir, que necesidades se satisfacen y cuales no, y de
hacerlo de forma que se consiga un resultado óptimo.
Se suele recalcar que Menger desarrolla su teoría
fuera de la tradición utilitarista, puesto que su sujeto económico no busca
maximizar la cantidad de placer, sino, satisfacer sus necesidades de la forma
más eficiente.
Las necesidades y su satisfacción
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Las necesidades y las satisfacciones tienen diferente
grado, empezando por las necesidades vitales y descendiendo hasta las necesidades
de menor importancia, se van satisfaciendo hasta que se alcanza la saturación.
La Teoría de la Imputación
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El valor no es una cualidad inherente a los bienes
sino, algo que se les imputa.
Las necesidades son las que determinan el valor de
los bienes de consumo inmediato, y también las que determinan el valor de los
bienes de producción, lo que abre una perspectiva unificada de la teoría de la distribución.
la teoría de Menger del valor no asigna lugar alguno al coste de producción como
determinante del valor; sino sobre las existencias de bienes que han sido producidos
a unos costes que son ya cosa del pasado y que no tienen razón de ser en el
presente.
La Teoría Monetaria
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Menger aplica al dinero su teoría subjetiva del
valor. El dinero es el bien más vendible o realizable. Y su valor está determinado
de la misma manera que el de los otros
bienes.
La introducción del dinero no responde a un plan,
sino que es el resultado involuntario de
acciones no concertadas de una multitud de individuos en pos de sus
intereses. Algo similar a las ideas de smith pero entendidas ahora como generadores
de instituciones a largo plazo.
El método de las Ciencias Sociales
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En su segunda gran obra; Problemas de la
economía y la sociología (1883) denuncia la economía histórica alemana con
una ardiente defensa del método abstracto.
Se suele decir Menger empieza una época dominada
por la microeconomía. Menger declara que: la tarea principal de
la teoría económica es investigar el comportamiento de los sujetos económicos.
La vida económica de la nación, afirma, es el resultado de innumerables
esfuerzos económicos llevados a cabo por agentes individuales.
Los individuos son los verdaderos elementos de la
economía nacional; y ellos, por tanto, son el verdadero objeto de estudio de la
teoría económica.
Menger pensaba que su individualismo metodologico
estaba confirmado por la aparición de formaciones sociales no intencionadas como
el dinero, las ferias, las ciudades, la división del trabajo, etc. Que no eran
sino, estructuras sociales surgidas como consecuencia involuntaria de la
prosecución de los intereses individuales.
Leon Warlras
WALRAS,
León (1834-1910). Economista francés, primer profesor en la cátedra de economía
política de la Universidad de Lausanne y creador de esta escuela económica. Analizó las condiciones del
equilibrio general en la economía, desarrollando, independientemente de Jevons
y Menger, la teoría de la utilidad marginal. Planteó que el proceso de formación de precios y ajuste de los
mercados se realiza a través de sucesivos tâtonnements (tanteos); su modelo del
equilibrio general, desarrollado y refinado posteriormente, todavía sigue
siendo aceptado como un paradigma.
Su padre, Auguste Walras, era también economista, con inquietudes socialistas. León vivió su juventud en París, como novelista y crítico de arte ente a la docencia y la investigación.
Sus esfuerzos por divulgar sus ideas, mediante. Dedicó también algunos años a impulsar el movimiento cooperativo. Finalmente, teniendo treinta y cinco años, fue nombrado profesor en la Universidad de Lausana y se dedicó plena correspondencia con un gran número de prestigiosos economistas de todo el mundo, fueron poco fructíferas. En su tiempo fue muy poco valorado. Sólo Pareto se convirtió decididamente en su discípulo y le sucedió en la cátedra de Lausana.
Su padre, Auguste Walras, era también economista, con inquietudes socialistas. León vivió su juventud en París, como novelista y crítico de arte ente a la docencia y la investigación.
Sus esfuerzos por divulgar sus ideas, mediante. Dedicó también algunos años a impulsar el movimiento cooperativo. Finalmente, teniendo treinta y cinco años, fue nombrado profesor en la Universidad de Lausana y se dedicó plena correspondencia con un gran número de prestigiosos economistas de todo el mundo, fueron poco fructíferas. En su tiempo fue muy poco valorado. Sólo Pareto se convirtió decididamente en su discípulo y le sucedió en la cátedra de Lausana.
La principal contribución de León Walras
(1834-1910) al desarrollo del análisis económico lo constituye la teoría del
equilibrio económico general. Aun cuando el tema de las relaciones entre
mercados distintos había sido objeto de estudio por parte de anteriores
teóricos, antes de Walras ningún economista había logrado construir un modelo
teórico general que sirviera de marco para estudiar las múltiples relaciones
que vinculan un mercado con otro. Según Walras, la actuación concreta de las
fuerzas de la oferta y la demanda en un mercado depende de los precios que se
establecen en muchos otros mercados. De ahí la necesidad de un análisis
general.
En la concepción walrasiana, la economía está
formada por una pluralidad de sujetos que están presentes en el mercado ya sea
como consumidores, como oferentes de servicios productivos, eufemismo utilzado
por Walras para referirse a la fuerza de trabajo (mano de obra), o como
empresarios. El proceso económico, para el autor, nace del encuentro, en el
mercado, de estos distintos sujetos: los servicios productivos son
adquiridos por los empresarios y transformados en bienes los que a su vez son
adquiridos, o bien por otros empresarios, que se sirven de ellos con fines
productivos, o bien por los consumidores finales. Estos últimos son aquellos
que han proporcionado los servicios productivos a los empresarios y que
compran los bienes producidos por ellos, gastando la renta que han obtenido a
cambio de dichos servicios productivos.
En este esquema no había lugar para el concepto de
clase social. Por el contrario, existían dos grupos de individuos diferenciados
entre sí: el de los consumidores y el de los empresarios, y la diferencia se
basaba únicamente en la diversidad de las decisiones que estaban llamados a
tomar. El conjunto de los consumidores decidía la composición y el nivel de
consumo y por tanto del ahorro; el conjunto de las empresas decidía el nivel y
la composición de la producción y de la inversión. Las decisiones de los
consumidores no dependían del tipo de renta que obtenían, sino sólo de su
volumen. Los que brindaban sólo servicios productivos podían llegar a ahorrar
parte de sus ingresos que luego a su vez les generaban renta.
El hecho de que la renta de un individuo provenga
en un 80% de trabajo y en un 20% de capital o viceversa no establecía
diferencia alguna. Al desvanecerse el vínculo entre categorías de renta y
pautas de gasto, se rompía al mismo tiempo el vínculo entre salarios y
beneficios por un lado, y entre consumo e inversión, por el otro.
Cada agente en la economía y al inicio de cada
período poseía una determinada cantidad de bienes y tenía la capacidad de
prestar ciertos servicios: como trabajador, podía ofrecer horas laborables;
como empresario, podía proporcionar servicios relativos a la organización y el
control de la actividad productiva. Cada uno trataba de conseguir los mejores
resultados del intercambio. Los consumidores-ahorradores trataban, en primer
lugar, de determinar qué distribución de su propia renta entre consumo y ahorro
les proporcionaba la relación más satisfactoria entre consumos presentes y
consumos futuros; en segundo lugar, intentaban determinar de qué modo la renta
consumible debía repartirse en la adquisición de los diversos bienes para
obtener la máxima utilidad. Los empresarios intentaban conseguir el máximo
beneficio de su actividad, es decir, maximizar la diferencia entre el valor de
la producción y los costos soportados por ésta.
El equilibrio económico general
El problema central de la teoría de Walras
consistía en mostrar como los intercambios voluntarios entre individuos bien informados,
autointeresados (cada cuál piensa en sí mismo) y racionales (cada
cuál adopta un comportamiento maximizador) conducían a una organización
sistemática de la producción y de la distribución de la renta que resultaba eficiente
y mutuamente beneficiosa. Y en esto radica la peculiaridad del problema: en
que la única forma admitida de interacción social es la que se llevaba a cabo
en el mercado por medio del intercambio voluntario, ni los sindicatos, ni los
grupos de presión, ni los cárteles de empresas, ni otros tipos de actuación
social eran admitidos, ya que se violaría un requisito fundamental del modelo
de equilibrio económico general: el de la competencia perfecta.
Para explicar el hecho de que el mercado coordine
las acciones de los sujetos individuales, Walras debió demostrar que existían
precios determinados de manera tal que hacían que resulten ventajosas para cada
individuo precisamente aquellas actividades e iniciativas que satisfacían de
manera eficiente sus necesidades. He aquí por qué la teoría de los precios
ocupó un lugar central en el sistema del equilibrio económico general.
Una economía se halla en equilibrio competitivo
walrasiano si existe un conjunto de precios tales que:
- en cada mercado la demanda iguala a la oferta
- en cada mercado la demanda iguala a la oferta
-cada operador tiene la posibilidad de vender
y comprar exactamente lo que tenga proyectado;
- todas las empresas y todos los consumidores
tienen la posibilidad de intercambiar precisamente aquellas cantidades de
mercancías que maximizan, respectivametne, sus beneficios y utilidades. Para
poder llegar al equilibrio general se necesitaba del ”subastador” y el
”empresario Sísifo”. Veamos de que se trata:
El modelo de formación de los precios en el que se
basa la teoría walrasiana del intercambio es el de la contratación competitiva.
El subastador voceará los precios de cada mercancía y dejará que los
agentes económicos formulen sus propuestas. Si en correspondencia entre los
precios voceados y propuestos, el subastador registra que para cada mercancía
la oferta y la demanda se igualan declarará cerrada la contratación, y estos
serán los precios de equilibrio. En caso contrario el subastador ajustará los
precios de acuerdo a esta regla: aumentar los precios de los bienes cuando hay
exceso de demanda, y reducirlos cuando hay exceso de oferta, el proceso
continuará hasta la anulación de todos los excesos de oferta y de demanda y la
cotización final se registrará como precio de equilibrio.
Veamos el empresario Sísifo: para Walras, la empresa
está en equilibrio cuando el beneficio se anula a causa de la competencia entre
empresarios. El empresario walrasiano compra los insumos que necesita para
producir su producto, pagando por ello los precios fijados por el subastador.
Si los ingresos superan a los costos, el empresario registra un beneficio
positivo o viceversa. La existencia de un beneficio positivo o negativo,
constituye un síntoma de desequilibrio y reacciona aumentando la escala de
producción cuando el beneficio es positivo y disminuyéndola cuando es negativo.
”Por lo tanto –escribe Walras- en un estado de equilibrio los empresarios no
tienen ni beneficios ni pérdidas”.
Para describir la interacción entre compradores y
vendedores, Walras construyó un sistema de ecuaciones simúltaneas.
Alfres Marshall
Alfred
Marshall nació en Londres, Reino Unido,
el 26 de julio de 1842 de padre, trabajador del Banco de Inglaterra, y se
graduó en matemáticas en la St John’s College, Cambridge. Luego, cuando sufrió
problemas mentales, cambió a la filosofía y, dentro de la filosofía, se concentró en la ética y estos
estudios le llevaron al estudio de las económicas.
En
1865, empezó como tutor en el mismo St John’s College, Cambridge y,
posteriormente, en 1868, como profesor de
ciencias morales. Cuando se casó con Mary Paley, en 1877, tuvo
que dejar St John’s College, Cambridge por las entonces normas de celibato de
St. John’s, y se trasladó a la University College, en Bristol en Gales,
posteriormente la universidad de Bristol.
Durante
1883 y 1884 pasó por Balliol College, de Oxford y luego, en 1885, fue nombrado
profesor de política económica en la universidad
de Cambridge, donde trabajó hasta que se retiró en 1908.
Alfred
Marshall falleció en Cambridge, Reino Unido, el 13 de julio de 1924.
Biliografia
http://www.gestiopolis.com/canales/economia/articulos/17/Ciclope12.htm
http://roble.pntic.mec.es/msanto1/lengua/2neoclas.htm
http://www.euskalnet.net/tz/Dieciocho.htm
http://www.molinfan.com/Disco%20web%20mujeres/Mujeres%20artistas%20arreglos%20defi/pagina_nueva_4.htm
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